Naturaleza y cultura

Valeria de los Rios

La fotografía de “Amaltea” pertenece al Álbum del Santa Lucía (1874). La estatua, que representa a la ninfa que dio de amamantar al dios Zeus, fue construida en fierro fundido por el artista Julien. La fotografía la muestra en su ubicación original: cerca de la subida a la Eremita, en la actual Terraza Caupolicán. El encuadre la captura mirando directamente hacia la cámara, como si esa fría ninfa de fierro pudiera devolver la mirada al observador. Amaltea, peinada a la usanza neoclásica, se encuentra sentada graciosamente sobre la roca, cubierta por una sábana que insinúa y a la vez oculta de manera estratégica su cuerpo y su sexo. A su costado, un árbol la enmarca en el paisaje que la rodea. La ninfa se encuentra de espaldas a la piedra grabada con el homenaje a Juan de Dios González, capitán de ejército fallecido en 1817. Hoy esta escultura se encuentra perdida. Se dice que apareció ofrecida en un remate y que fue adquirida por un privado. Emilio Garreaud (1835-1875), fotógrafo francés avecindado en Chile desde 1865, es el autor de esta fotografía. Garreaud había residido antes en el Perú, donde instaló dos estudios. En su lujosa galería de Plateros 239 podían contemplarse retratos de personajes prominentes, pinturas, estatuas y obras de arte, además de disfrutarse de entretenimientos populares como el cosmorama y el gabinete óptico. En Chile abrió estudios en Copiapó, Santiago, Valparaíso, Talca, La Serena y Concepción. En 1869 publicó el álbum de 22 fotografías titulado Vistas de la Patagonia, del Estrecho y de la Tierra del Fuego y en 1874 el Álbum del Santa Lucía, con 49 fotografías en gran formato y textos de Benjamín Vicuña Mackenna. Desde un punto de vista técnico, se reconoce a Garreaud como el principal impulsor del cambio desde el Daguerrotipo al colodión húmedo. El Daguerrotipo -desarrollado en Francia por Daguerre y Niepce en 1820- fue el primer procedimiento fotográfico, dado a conocer oficialmente en 1839. Utilizaba un soporte de cobre plateado sensitivizado con vapores de yodo, sin negativo, que debía ser protegido con un vidrio para no ser dañado. El colodión húmedo se impuso alrededor de 1855 y reemplazó al daguerrotipo y al calotipo. Fue creado en 1851 por Gustave Le Gray, utilizando el colodión sensibilizado con nitrato de plata sobre placas de vidrio. Su invención permitió reducir el tiempo de exposición, abaratar los costos y lograr mayor estabilidad en la emulsión. El procedimiento suponía, eso sí, que los fotógrafos llevaran consigo el laboratorio fotográfico. La fotografía de Amaltea -al igual que la que muestra a la roca Tarpeya con el fondo de la ciudad de Santiago– destaca por el gráfico contraste -cada vez más difícil de establecer- entre lo natural y lo cultural. Es más, la misma roca Tarpeya es una escultura que denota un objeto natural (roca). El encuentro entre roca y escultura y entre roca y ciudad en las magníficas fotografías de Garreaud, constituye una sinécdoque (la parte por el todo) del trabajo de Benjamín Vicuña Mackenna sobre el cerro Santa Lucía (1872-1902), trabajo urbanístico que demuestra el esfuerzo decimonónico por civilizar/europeizar/modernizar la naturaleza americana, y domesticarla. Eso sí, en ninguna imagen del Álbum del Santa Lucía la naturaleza aparece en su más salvaje expresión: la escultura sentada sobre la roca, la inscripción de la letra sobre su superficie, o las barandas incrustadas para la seguridad de los paseantes, dan cuenta de una naturaleza previamente culturizada.